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La doncella cisne





Escrito por la novelista Susan King, la verdad que desde aquí felicito a la escritora por su talento narrativo, es tan ágil, describe las acciones de una forma que te trasmiten sus emociones, casi casi como si te metiera en el libro y te transformaras en uno de sus personajes. Como en todos sus libros (al menos a los que accedí), muestra personas fuertes, decididas, que luchan por sus ideales, me encanta la ambientación en Escocia, un país fascinante, con su idiosincrasia, cultura, y mitología tan rica, con una historia de personas guerreras que no hacen la diferencia en sexos cuando se trata de ser lideres, luchadores, obreros, de llevar adelante las grandes familias, atreves de sus relatos descubrí que solo hacia falta tener el coraje y la habilidad, par que los demás te respetaran,...
Me encanta la historia en que se basa la novela,(copiado textualmente del prologo del libro "La doncella cisne" de Susan King)......

"Highlands, Escocia. Invierno de 1286

-En tiempos de las brumas -dijo el seanachaid-, cuando las hadas danzaban en lo alto de las colinas de las Highlands, una dama vivía en una fortaleza de bronce y plata, en la isla de un lago. Su corazón no se había abierto a nadie, hasta que cierto guerrero la cortejó y ganó su amor.

Gabhan MacDuff, nieto del seanachaid e hijo de un guerrero, bostezó, tumbado boca abajo junto al fuego del hogar. Sus padres estaban sentados cerca de él con otros parientes y varios criados, y todos permanecían en silencio, escuchando. Gabhan apoyó la cabeza sobre sus brazos cruzados y observó las llamas, que danzaban ante sus ojos.

-Su amor resplandecía como un arco iris -prosiguió su abuelo-. y todos los que los conocían admiraban su manera de amarse. Iban a casarse... él, oscuro como un cuervo; ella, etérea como un cisne. Ante la mención de aquel amor, Gabhan arrugó la nariz. Su padre, sentado cerca de él con las botas puestas y las piernas estiradas hacia el fuego, soltó una leve risita. Le acarició a Gabhan la cabeza con su enorme y gentil mano, recordándole que debía mostrar mayor respeto.

-Pero un hombre, un druida, los odiaba en secreto. Quería la dama para sí, y su corazón se había vuelto cada vez más negro y duro de tanto anhelar lo imposible. Juró que, si él no podía tener a la dama, nadie la tendría...

-La víspera de la boda, el druida salió al encuentro de la luz de la luna e hizo un maleficio. Tomó una flecha encantada y la lanzó hacia los cielos. Las nubes se arremolinaron y estalló una increíble tormenta. Las aguas del lago se tragaron la isla, y los relámpagos destrozaron la fortaleza, cuyos muros se desmoronaron hacia las profundidades del lago.

A Gabhan le gustó esa parte de la historia, la de la destrucción de la fortaleza. Levantó un poco la cabeza, la apoyó en una mano y miró a su abuelo. Este era atractivo, como el padre de Gabhan, con los ojos azules y el pelo, aunque antaño negrísimo, inmaculadamente blanco.

Los ojos de Gabhan, sin embargo, eran marrones, como los de su madre, inglesa; pero a pesar de ello, su aspecto era el de un auténtico Highlander.

-Todos los que vivían en la fortaleza se ahogaron la víspera de la boda -continuó Adhamnain MacDuff-, y el guerrero de cabellos de azabache y la pálida dama también desaparecieron en el fondo del lago.

Gabhan frunció el ceño. No le gustaba imaginar al guerrero y la dama tragados por las turbulentas aguas. Atendió, con la esperanza de escuchar que se habían salvado.

Sentada junto a su padre, su madre le sonrió, y luego miró con ternura a su marido. Gabhan sabía que su madre había abandonado a su familia inglesa para viajar hasta el castillo de Glenshie y vivir con su marido Highlands, que también se llamaba Adhamnain, aunque los suyos lo consideraban un salvaje y un hombre indigno de ella. Ahora, su delicada mano descansaba sobre el fuerte hombro de su marido, su rostro resplandecía de felicidad y sus brillantes ojos reflejaban serenidad.

Gabhan, nervioso, miró a su abuelo. No quería que la historia acabara en un desastre.

-Pero los corazones de ambos amantes eran puros, y la fuerza de un amor compartido es invencible y no puede ser destruida. Un amor como el de ellos es capaz de hacer magia, yeso fue lo que los salvó... en cierto modo. Cada uno de los que se ahogaron aquel atardecer se convirtió en un cisne -dijo el abuelo, inclinándose hacia delante-.La dama y el guerrero se transformaron en los más bellos y elegantes de todos los cisnes encantados del lago.

-El druida, al ver las aves, y reconocer las que ocupaban el centro de la bandada, supo que su malévolo plan había fracasado, porque no había logrado separarlos. El druida abandonó aquellas tierras. Los descendientes de aquellos cisnes aún viven en el lago, y la magia y el misterio de aquel lugar perdurarán para siempre. Y se dice que, algunas veces, bajo cierta luz, pueden verse los muros de la hundida fortaleza... pero sólo la ven aquellos cuyo corazón se ha abierto a un gran amor. -Volvió a apoyar la espalda en la silla, sonriendo.

-¿Qué fue del druida, abuelo? -preguntó Gabhan.

-Algunos dicen que todavía vive, porque ha descubierto el secreto de la vida eterna, y que algún día volverá para reclamar para sí a la Doncella Cisne.

Gabhan se estremeció ante la idea:

-Yo conozco ese lugar-dijo-. Se llama Loch nan Eala, el Lago de los Cisnes. No está lejos de aquí. Mi padre me llevó a ver los cisnes.

Hay un castillo a orillas del lago, llamado Dim nan Eala, y en él vive una familia. Y mi madre me ha dicho que, una vez, ella y mi padre vieron la fortaleza brillando en el fondo del lago.

El abuelo sonrió:

-Desde luego, si alguien lo ha visto alguna vez, seguro que han sido ellos -repuso, guiñando un ojo a su hijo y su nuera-o Se dice que, a veces, el guerrero y la dama llegan a la orilla y abandonan sus plumajes de cisne para recobrar su forma humana durante unas horas. Buscan el modo de romper el maleficio. Si algún día lo encuentran, volverán a ser libres.

-¿Puede romperse el maleficio, abuelo?

-Dicen que un guerrero que conozca el verdadero amor debe cazar al vuelo una flecha encantada y lanzarla al centro del lago, justo al revés de cómo la lanzó el malvado druida -respondió el abuelo.

-Ah -exclamó Gabhan-. Yo podría coger una flecha encantada al vuelo.

-¿De veras? -El viejo Adhamnain sonrió-: Es muy difícil.

-Pero yo podría hacerlo -insistió Gabhan, seguro de sí mismo.

La sonrisa del abuelo se ensanchó aún más:

-Las flechas encantadas son muy difíciles de encontrar. Y los cisnes son felices en ese lago, después de tanto tiempo.

Gabhan asintió con la cabeza, y volvió a apoyarla en sus brazos, mientras su abuelo se volvía para murmurar algo a sus padres.

Aunque Gabhan escuchaba atentamente, entendió muy pocas palabras de aquella conversación. Hablaban de la reciente muerte del rey de Escocia, y de la lucha con el rey inglés, que había enviado sus tropas hacia el norte. Los ingleses no tenían ningún derecho sobre aquellas tierras, insistía su padre. Una justa rebelión se había levantado en Escocia, y él lucharía en el frente de la batalla, si era necesario, para proteger a Escocia, su hogar y su gente...."


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